Jann Wenner fundó Rolling Stone como estudiante junto a Ralph J Gleason, columnista y crítico de jazz en el San Francisco Chronicle, quien compartía su pasión por la música. El beatle John Lennon fue la flamante portada del primer número.
La revista creció rápidamente impulsada por una generación ávida de información sobre sus nuevas superestrellas. En las épocas de Led Zeppelin, Pink Floyd, Deep Purple y otra infinidad de bandas, la publicación por excelencia era Rolling Stone. Las noticias, exclusivas y críticas de las nuevas producciones musicales estaban dentro de sus páginas. Era la biblia de la música pop.
Por sus portadas han pasado casi todas las estrellas de la música popular. John Lennon, Paul McCartney, Michael Jackson, Prince, Red Hot Chilli Pepper’s, Guns & Roses, Shakira, Britney Spears, Taylor Swift, Rihanna, Adele, y cientos de otros músicos que han dejado huella en sus páginas. Muchas de ellas han sido icónicas y otras controvertidas.
Pero la revista no solamente sirvió como ventana para los artistas más importantes del momento. Rolling Stone fue desde siempre una revista contracultura y un baluarte de la ideología liberal en Estados Unidos. Ha publicado entrevistas de alto perfil con demócratas como Bill Clinton y Barack Obama, ambas dirigidas por el propio Jann Wenner, y no ha titubeado en criticar a la derecha norteamericana como en el ejemplar de agosto, en el que la portada fue el primer ministro canadiense Justin Trudeau con el titular: “¿Por qué no puede ser nuestro presidente?”, una clara crítica al gobierno de Donald Trump.
Pero la revista envejeció y con ella su capacidad de ser el referente musical para las nuevas generaciones. En una época en la que se escucha más música que nunca, Wenner se aferró al pasado con portadas de artistas de su generación. Artistas como Paul McCartney, Bruce Springsteen y Bob Dylan han seguido asegurándose portadas en los últimos años, mientras que otros como Dj Khaled, Taylor Swift y Bruno Mars, los artistas del momento, han brillado por su ausencia en el último año.
La búsqueda de un nuevo propietario no significa el fin de la revista, según su propietario. Wenner y su hijo han estado buscando con la ayuda de los bancos potenciales inversionistas que mantengan la esencia de su publicación. Y aunque todavía se preocupa profundamente por Rolling Stone, ya delegó el destino de la revista firmemente en las manos de Gus. Parece más contento con pasar la posta a que otra persona determine el futuro de su publicación.
“Creo que es hora de que los jóvenes lo hagan”, dijo.